Historia del Imperio Persa

 

...Las cien naciones del imperio persa caen sobre nosotros. Los ejércitos de toda Asia obligadas a atravesar este angosto paso...”

 

Personaje del Rey Espartano Leónidas en 300 (película de Zack Snyder de 2006)

Las civilizaciones antiguas han servido de marco para distintas películas y series de televisión de éxito a lo largo de las décadas, tema que merecería un artículo propio. Esta nota está motivada sin embargo por una sola de ellas, la película 300, que muestra la batalla de las Termópilas en el año 480 antes de Cristo (A.C. en el resto del artículo) entre una coalición de estados griegos, entre ellos Atenas y Esparta, y el imperio persa liderado por el rey Jerjes I. La película impacta al espectador moderno durante sus aprox. dos horas con la crudeza de la guerra en el mundo antiguo, la férrea cultura espartana y el gigantesco y místico imperio persa. Por su duración limitada, la película no puede mostrarnos todo ese mundo distante, en el que queremos profundizar algo más en esta nota. En concreto, queremos preguntarnos, ¿quiénes eran esos persas?

 

La teoría actual más comúnmente aceptada sobre el origen de los persas es que se trataba de un pueblo de pastores que migró desde Asia Central hacia Oriente Medio, instalándose en torno a los siglos XI A.C. y X A.C. (es decir aproximadamente 10 siglos o 1000 años antes de Cristo) en una zona que actualmente forma parte de Irán, pero que en el siglo XI A.C. estaba controlada por la confederación de Elam (a cuyos habitantes se les llama Elamitas). El pueblo de Elam estaba en continuo conflicto con sus vecinos del oeste (Asirios y Babilonios situados en el área del actual Iraq) lo que debilitaba su poder político, y los persas se afianzaron progresivamente en la zona, favorecidos por ciertos factores como su dominio de la cría de caballos que les proporcionaba tropas de caballería para su uso militar y su mayor cohesión en relación a otros pueblos de la región. En el siglo VII A.C. (es decir aprox. 400 años después de su llegada a la región y 700 años antes de Cristo), el persa Aquemenes aprovecha la derrota de los Elamitas a manos de los Asirios y establece el reino persa independiente de Fars. Por el nombre de este primer rey, se llama al imperio persa también imperio aqueménida.

 

El reino de los persas o aqueménidas pervivió durante casi 400 años desde el siglo VII A.C. hasta la derrota del rey Darío III a manos de Alejandro Magno en torno al año 330 A.C. Los reyes persas que más contribuyeron a la creación de un imperio territorial fueron Ciro II el Grande (reinado del 559 al 530 A.C.) y Darío I (reinado del 522 al 486 A.C. y padre de Jerjes, el rey persa que luchó contra los griegos en las Termópilas).

 

Ciro II inició la expansión inicial con la conquista de Susa (otra región de la confederación de Elam), asimiló el reino de los medos (al norte del territorio persa y emparentados con ellos), capturó el reino de Lidia (tierras más lejanas en la península de anatolia), y conquistó territorios orientales como parte de la actual Afganistán y, sobre todo, conquistó Babilonia (el actual Iraq).

 

Darío I amplió las conquistas de Ciro con, por ejemplo, las anexión de territorios en Libia y Nubia en África, territorios de las tribus Escitas en Eurasia e incluso el sometimiento de parte de la India. Darío I gobernó así un territorio que se extendía desde Egipto hasta la India. El monarca persa debió de ser consciente de la complejidad de administrar un territorio tan extenso y que integraba a tantos pueblos diferentes (de ahí la cita más o menos exagerada a las 100 naciones del imperio persa en la película 300), y creó 20 provincias o satrapías que administraban la mayor parte del imperio. En cada una de ellas, se establecía un sátrapa que era máxima autoridad política, tributaria y militar y que respondía directamente ante el emperador. A diferencia de otros pueblos que dominaron antes la región, como Babilonios o Asirios, los persas siguieron una política pragmática de tolerancia hacia los pueblos conquistados, respetando las propiedades e influencia de las élites locales, a las que se les permitía cierto grado de participación en la política sobre sus regiones.

 

El imperio persa no contaba con una, sino con tres capitales: Pasargada (fundada por Ciro II), Persépolis (fundada por Darío I) y Susa. Esta última ciudad estaba más alejada de la cuna de la población persa, pero contaba con una posición más centrada dentro del imperio persa de la época de Darío I y éste la favoreció como centro administrativo. El imperio se ocupó también de desarrollar las redes de comunicaciones (carreteras, vías fluviales, etc.) que conectasen sus vastos territorios.

 

La religión oficial del imperio persa era el Mazdaísmo, nombre tomado de la divinidad benéfica a la que adoraba Ahura Mazda. A esta religión, se le denomina también como Zoroastrismo, refiriéndose al nombre del profeta Zoroastro (o Zaratustra). Esta religión creía en una dualidad enfrentada entre el ser benéfico Ahura Mazda y el ser maléfico Ahriman, la llegada de un Apocalípsis y los mensajes divinos a través de los profetas. Un símbolo de la religión mazadaísta que ha pervivido en el tiempo, y que el lector puede haber visto actualmente en joyería o motivos decorativos sin conocer la asociación con la religión persa, es el de un disco alado, representación de Ahura Mazda. A pesar del status del Mazdaísmo como religión oficial, los persas fueron tolerantes con otras creencias de los pueblos bajo su dominio, como por ejemplo el judaísmo.

 

Para concluir este artículo, volvemos la vista de nuevo sobre la batalla de las Termópilas (480 A.C.) que nos ha llevado a pensar sobre el imperio persa. Esta batalla se engloba dentro del conjunto de las Guerras Médicas, que enfrentaron a las ciudades griegas con el imperio persa desde el 499 A.C. hasta el 449 A.C. aproximadamente. El nombre de Guerras Médicas fue dado por los griegos y es confuso, aparentemente, el emperador persa tenía también el título de rey de Media (más arriba hemos indicado que Ciro II conquistó el reino de Media) y este nombre atrajo más la atención de los griegos. Este conflicto se originó durante el reinado de Darío I, cuyo dominio de tierras y ciudades en los actuales Israel, Líbano y Turquía (península de Anatolia) sitúo al imperio persa en la inmediata vecindad del área de influencia de las ciudades griegas. Fue particularmente conflictivo, el dominio persa sobre poblaciones de origen griego en algunos territorios de la actual Turquía, dando lugar a tensiones al menos desde el año 499 A.C.

 

La rebelión de algunas de estas poblaciones griegas y el apoyo que recibieron de ciudades como Atenas provocaría el comienzo de la Primera Guerra Médica en torno al 490 A.C. La Segunda Guerra Médica se desencadena en torno al 480 A.C. ya durante el reinado de Jerjes I hijo de Darío I (cuyo reinado termina el 486 A.C.). Los conflictos militares continuaron con mayor o menor intensidad hasta el reinado de Artajerjes I, sucesor de Jerjes I, con la firma de un armisticio entre griegos y persas en torno al año 449 A.C. Estos aproximadamente 50 años de conflicto supusieron una larga guerra de desgaste que permitió al mundo griego mantener su independencia del imperio persa y marcaría el freno de la expansión occidental de éste. La hostilidad entre los bloques griego y persa se mantuvo en el siglo posterior al 449 A.C., y la conquista por el macedonio Alejandro Magno del imperio persa en torno al año 330 A.C. puede interpretarse como continuación y culminación de las Guerras Médicas. Pero ésa, es otra historia.

 

Escrito por Erwin.