Mi dinosaurio no se comió a tu troglodita

Son muchos los ejemplos de la cultura popular en los que vemos conviviendo a humanos y dinosaurios en un tiempo prehistórico. Tal vez uno de los ejemplos más destacados sea la famosa serie de televisión Los Picapiedra (The Flinstones en inglés) de los estudios Hanna Barbera, donde Pedro Picapiedra y el resto de trogloditas convivían con dinosaurios que servían como vehículos o animales domésticos. Otro ejemplo que recordarán los lectores más veteranos es la película británica Hace un Millón de Años de 1966, que recreaba un paleolítico de fantasía o los comics de Conan el Bárbaro donde nunca falta algún ejemplo de este personaje luchando contra alguna bestia prehistórica. Estas obras de ficción pueden ser muy divertidas, pero no deberíamos dejarnos llevar por la imaginación y olvidar que humanos y dinosauros nunca han convivido en el planeta Tierra.

Los dinosaurios vivieron durante el Mesozoico (Vida Media del idioma griego), el periodo geológico que precede al actual Cenozoico (Vida Nueva del idioma griego) y que vino después del periodo Paleozoico (Vida Antigua del idioma griego). El Mesozoico tuvo lugar desde aproximadamente 252 millones de años antes de la fecha actual hasta 65 millones de años antes de la fecha actual (ma de aquí en adelante). Se puede decir con confianza que el Mesozoico ocurrió hace muchísimo tiempo. Al final de este periodo, se produjo un fenómeno de extinción masiva que acabó con todos los grandes dinosaurios y permitió que en el Cenozoico las aves y mamíferos se diversificasen y prosperasen en ausencia de estos feroces competidores.

 

Los primeros grandes simios se separaron de la línea genética de los simios menores hace aprox. 15 millones de años, el primer homínido en usar herramientas Homo Habilis se origina hace menos de 3 millones de años y los primeros registros de los humanos actuales Homo Sapiens no aparecen hasta hace aprox. 200.000 años. Como vemos, no hay coincidencia en el tiempo entre dinosaurios y homínidos, y tampoco entre dinosaurios y nuestros parientes simios más cercanos.

 

Volviendo al Mesozoico, este periodo se divide a su vez en tres etapas: Triásico, Jurásico y Cretácico. El primer periodo es el Triásico, que dura desde aprox. 252 ma hasta 200 ma. ¿Qué ocurrió durante estos 50 millones de años? Hasta la mitad de este periodo, la masa terrestre de nuestro planeta estaba concentrada en un único supercontinente Pangea pero este comenzó a dividirse durante el Triásico. El clima del periodo es fundamentalmente cálido y seco con grandes desiertos en el interior de Pangea. Conforme la división continental se desarrolló, el clima se hizo más húmedo. En este periodo vivieron por ejemplo los primeros mamíferos y especies de grandes saurios, que incluyen a los dinosaurios. El comienzo y el final de este periodo están marcados por extinciones masivas. En concreto, la extinción al final del Triásico fue especialmente severa en los mares, aunque también supuso el fin de especies terrestres, como algunas variedades de grandes saurios.

 

El Jurásico, periodo intermedio del Mesozoico, transcurre durante casi 56 millones de años desde 200 ma hasta 145 ma. El periodo Jurásico estuvo dominado por los dinosaurios, aunque también contempló la aparición de los primeros lagartos y aves, y la evolución de los mamíferos. Finalmente el Cretácico, último periodo del Mesozoico, se extiende durante casi 80 millones de años desde 145 ma hasta 65 ma y el comienzo del periodo Cenozoico. Pangea completó su división en los continentes actuales durante el Cretácico, aunque ocupaban posiciones muy distintas a las actuales. Aunque durante este periodo aparecen nuevas especies de aves y mamíferos, sigue estando dominado por los dinosaurios. Alguno de los dinosaurios más reconocibles, como por ejemplo el Tyrannosaurus Rex, vivieron durante este periodo. Al final del periodo Cretácico se produjo un fenómeno de extinción masiva que, de acuerdo con el consenso científico actual, estuvo causado por el impacto de un meteorito.

 

El hecho de que hace millones de años hubiera vida sobre el planeta Tierra resulta fascinante dado que los homo sapiens sólo llevamos un par de cientos miles de años de existencia. La imaginación humana busca modos a través de los que mirar directamente a ese periodo remoto. Al comienzo del artículo, citábamos obras de ficción que lo intentaban sólo a través de la fantasía, pero hay otras ficciones con algo más de rigor científico. Por ejemplo, el Mundo Perdido de Arthur Conan Doyle es una novela de principios del siglo XX en la que una expedición encuentra un ecosistema aislado en el que todavía persisten criaturas prehistóricas dinosaurios incluidos. Al final del siglo XX, Michael Chrichton publicó Parque Jurásico y el Mundo Perdido (título homenaje a la novela de Arthur Conan Doyle), novelas en las que la ingeniería genética permitía clonar a dinosaurios y así reunir en un mismo tiempo a estos animales con los humanos. Las películas surgidas a partir de estas novelas desde el año 1993 popularizaron a los dinosaurios entre el gran público. La gran dificultad para la clonación de dinosaurios en la realidad es la ausencia de material genético viable en los fósiles.

 

Esperamos que esta comparación de ciencia y cultura popular haya resultado interesante para los lectores. Nos despedimos hasta la próxima entrada del blog.

 

Escrito por Erwin

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